27 | junio: Día Internacional de la Sordoceguera
Se conmemora en homenaje al natalicio de Hellen Keller, primera persona sorda y ciega en graduarse de una universidad, siendo un constante ejemplo de vida y superación. Según la "Declaración de las necesidades básicas de las personas sordociegas" (Estocolmo, 1989) el 27 de junio fue declarado "Día Internacional de la Sordoceguera" como homenaje al natalicio de Helen Keller, quien fue la primera persona sorda y ciega en graduarse de una universidad.
El propósito de
esta celebración es divulgar en todos los medios de comunicación a nivel
mundial la existencia de personas con sordoceguera, la cual es una condición
única, en donde la persona presenta una limitación total o parcial de sus
sentidos de la distancia: 'Visión y Audición'.
Las personas sordociegas llevan un bastón con los colores rojo y blanco que, aparte de ayudarles con la movilidad, sirve para que las demás personas les identifiquen y sean conscientes de su discapacidad y les ayuden cuando lo necesiten, aumentando así su autonomía.
Sobre la sordoceguera
Se trata de una combinación de la
deficiencia visual y la deficiencia auditiva, que se debe reconocer como una
discapacidad única. Las mayores necesidades del individuo sordociego se
concentran en dos áreas: comunicación y orientación - movilidad.
De acuerdo con la Organización
Mundial de la Salud (OMS), "alguien sufre pérdida de la audición cuando no
es capaz de oír tan bien como una persona cuyo sentido del oído es normal. La
pérdida de este sentido puede ser leve, moderado, grave o profundo. Afecta a
uno o ambos oídos y quien lo padece entraña dificultades para oír una
conversación o sonidos fuertes. Las personas sordas suelen presentar una
pérdida de audición profunda, lo que significa que oyen muy poco o nada. A
menudo se comunican mediante el lenguaje de signos".
Sobre Helen Keller
Helen Adams Keller nació totalmente
sana el 27 de junio de 1880 en la ciudad de Tuscumbia, Alabama, Estados Unidos.
En 1882, cuando aun no había cumplido los dos años, contrajo una grave
enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y la audición.
En mayo de 1888 Helen asistió al
Instituto para ciegos Perkings y años después, en 1894 ingresó en la Escuela
para ciegos Wright-Humason de Nueva York. Tras asistir a otros centros
educativos como la Escuela de Cambridge para Señoritas en 1896, llegó a la
Universidad de Radcliffe en 1900. Se convertía así en la primera persona sorda
y ciega en conseguir alcanzar unos estudios universitarios. Su esfuerzo y la
incansable ayuda de Anne dieron sus frutos y el 28 de junio de 1904 Helen se
graduaba cum laude en sus estudios de arte.
Helen colaboró en la creación de la
Fundación Americana para los Ciegos con el objetivo de ofrecer servicios a
otras personas ciegas.
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